Hay quienes piensan que es algo extraordinario lo que Pablo Pineda ha logrado, no hay duda de que lo es, y no por haber logrado obtener dos licenciaturas teniendo Síndrome de Down, sino (a mi forma de ver las cosas) por haber roto esquemas, por demostrar que no hay que subestimar a las personas con alguna discapacidad, por enseñarnos que si se cree y se trabaja se pueden lograr los objetivos.
Existen personas (me he encontrado con muchas en este camino) que se excusan diciendo que el Síndrome de Down que Pablo tiene es mosaicismo y por eso los resultados son mejores, dejénme decirles que no, Pablo Pineda tiene Trisomía 21 libre, al igual que la mayoría de nuestros niños, es cierto que la coeficiente de cada uno es diferente y que depende de muchas cosas, pero eso mismo pasa con las personas que no tienen Síndrome de Down.
Habrán en el mundo muchas personas sin discapacidad alguna que no logren obtener un título universitario (y no por eso valen menos) pero hay quienes si lo logran, lo mismo pasa con nuestros niños, pero desde el inicio nos hacen creer que es algo imposible, que siempre serán dependientes y no lograran grandes objetivos, no es cierto, Pablo fué el primero en comprobarlo, nadie puede decir el límite de cada persona, pero que no se diga que no se intentó, ese debe ser nuestro objetivo: Trabajar e intentar aunque nos tome más años que a los demás, quizá el objetivo no sea un título universitario, sino hacer de nuestro hijo una persona independiente, felíz, con sus sueños cumplidos (los más que se puedan), ese fué el éxito de Pablo Pineda, su familia trabajó para lograr lo que hoy está en boca de todos…