La lectura va de la mano con la escritura y mientras más pronto introduzcamos a nuestros pequeños a este mundo, mejor será para su desarrollo. Sin importar la edad de nuestros hijos (ni las capacidades) es importante ayudarlos a entrar en confianza con los libros, lo más probable es que no sepan leer y nuestro objetivo inmediato no debe ser que inicien formalmente la lectoescritura, sino que se familiaricen con los libros, las letras, las imágenes, que den rienda suelta a su imaginación.