En esta etapa es cuando ya vemos el panorama más claro, aún duele, aún no entendemos algunas cosas, pero aceptamos y amamos a nuestro pequeño con síndrome de Down, y por el amor que le tenemos nos disponemos a obtener toda la información posible para saber como tratarlo, como ayudarlo y sobre todo cómo sacar de la ignoracia al resto del mundo para crear un mundo mejor en donde nuestro hijo sea aceptado, incluido, estimulado y no sea discriminado.