Este punto es un tanto delicado o complicado, cada cabeza es un mundo y todos tenemos opiniones diferentes, todas merecedoras de respeto. No puedo negar al principio buscaba y buscaba escuelas, centros de terapias, terapéutas particulares, instituciones, en fin, todo cuanto leía o me decían me interesaba y quería llevar a Benjamín ahí, pero ahora, 5 años después puedo decir que no siempre son las mejores opciones, en ocasiones nos gastamos hasta el dinero que no tenemos, exponemos a nuestros hijos al trato de extraños (en ocasiones malos tratos) cuando la mejor terapia y la mejor terapéuta está en casa, quién mejor que mamá, papá, los hermanos, los abuelos, los tíos, etc, para estimular a ese pequeñito con amor, con paciencia, con constancia.