En lo personal nunca he pensado que por el hecho de que Benjamín nació con Síndrome de Down yo automáticamente me convertí en una mamá especial, tampoco pienso que él sea un niño “especial” por el hecho de tener Síndrome de Down, lo que yo creo es que sí, él es especial para mi por el simple hecho de haber estado 8 meses maravillosos dentro de mí, por haberme dado la alegría y bendición(por segunda ocasión) de procrear, de haber dado vida a otro ser humano y haber sentido sus latidos, sus pataditas y hasta su hipo!.
Yo no tengo nada de especial, y si lo pienso bien, quizá sí, lo que me ha traído la discapacidad de mi hijo es el volverme una persona mucho más sensible, mucho más humana, más empática con lo que sucede a mi alrededor, abrir más los ojos y ver más allá de lo que antes veía o imaginaba, el dar las gracias a Dios por cada día de salud y felicidad que le da a mis hijos y que es la mía también.