Pues hace unos días Benjamín tuvo valoración de odontopediatría nuevamente, esto con la finalidad de hacer profilaxis, aplicar flúor y dar seguimiento al tratamiento que le realizaron hace poco más de un año, para nuestra mala fortuna las cosas no fueron así de simples, resulta que al revisarle los dientes nos encontramos con la novedad que sus cuatro últimas (y más nuevas) muelas tienen caries y además una de ellas está quebrada!..
El doctor se dijo sorprendido por que el niño no está pegando gritos de dolor ni ha dejado de comer, él sigue con su rutina diaria como si nada pasara, desafortunadamente no se le pueden dejar en esas condiciones, así que se le tendrá que repetir de nueva cuenta toooodo el procedimiento anterior para solucionar este problema y no siga avanzando.
Así que como podrán imaginarse ya empezé a tronarme los dedos y con una pesadez en el pecho por la angustia de repetir lo del año pasado otra vez, que aunque salió todo bien afortunadamente siempre preocupa. A finales de enero tiene cita con el anestesiólogo pediatra para que le revise su corazón y los análisis que le mandaron a hacer para tener la certeza de que todo se encuentra en condiciones óptimas para que el procedimiento se lleve a cabo con éxito.
Por lo pronto en esa consulta aprovechó para aplicar flúor y hacer profilaxis de los colmillos, que son los únicos dientes que están sanos. No me podía quedar sin preguntar el porqué de todo esto, el odontopediatra me contestó que en parte es por las deficiencias del síndrome en cuanto a dentadura (cosa que ya sabía) y tambien por la mala higiene; porque aunque en casa y en la escuela se le lavan los dientes lo más seguro es que el cepillo no alcanza las últimas muelas, me explicó otras técnicas para el cepillado y me sugirió platicar con la maestra de la escuela para explicarle la técnica de cepillado para evitar más problemas a futuro, así lo hice y afortunadamente hay mucha disposición en la escuela, así que espero que lo lleven a cabo y ya les contaré más adelante como vamos con esto.
