Al nacer Benjamín uno de los tantos sentimientos que me inundaban en esos momentos era el enojo, en contra del doctor por no haberse dado cuenta y haberme dicho durante el embarazo de la condición con la que nacería mi bebé, todo esto con la finalidad de preparme para recibirlo, como ya he comentado antes, conociéndome, lo más probable es que no hubiera recurrido al aborto, va en contra de mi forma de pensar (eso si, seguramente habría sido un embarazo lleno de dudas y temores) y por lo mismo no me cabe en la cabeza como otras personas pueden hacerlo.
Acabo de leer una nota en la cual la mamá e incluso el papá estaban “de acuerdo en conservar al bebé” después de recibir el diagnóstico prenatal de síndrome de Down, pero aparentemente fueron presionados por el personal médico para abortar y eso terminó por destruirles la familia. No soy quien para juzgar las decisiones de los demás, pero desde mi muy particular punto de vista les digo que si se ven en una situación como ésta no se dejen llevar por la opinión de aquellos que hablan desde fuera, que no han vivido la experiencia de tener a un hijo con síndrome de Down, no todo es como algunos quieren hacer creer, platiquen con personas que ya estan viviendo la misma situación, no desechen a ese bebé por no cumplir con los requisitos de “perfección”, lo más probable es que con el paso del tiempo se darán cuenta que Dios no se equivoca y SIEMPRE nos manda a los hijos PERFECTOS para cada quien.
Abortar a mi hija con síndrome de Down arruinó mi vida, destruyó mi matrimonio17/11/2011
John Jalsevac
17 de noviembre 2011 (Notifam) – A pesar de que Marie Ideson ya tenía seis hijos, cuando ella supo que estaba embarazada de su séptimo hijo a los 40 años de edad, ella y su esposo le dieron la bienvenida a la noticia con entusiasmo.
“Tanto Allan y yo queríamos tener una familia grande, y por eso estábamos encantados cuando supimos que yo estaba embarazada de nuevo”, le dijo Marie al periódico en inglés en el Reino Unido, The Daily Mail (El Correo Diario), en un artículo que fue recientemente publicado.
Aún cuando ella recibió los resultados de la prueba de sangre, y luego de la amniocentesis, en las que se mostraba que su hija tenía el síndrome de Down, Marie dice que la idea de un aborto nunca le cruzó por la mente como una opción, a pesar de que estaba asustada.
Mi primera reacción fue: “¿Cómo habremos de sobrellevar esto? La reacción no fue: “’Yo no puedo tener este bebé”.
Sin embargo, todo eso iba a cambiar cuando la pareja acudió al hospital para una consulta, al día siguiente de conocer la condición de su hija. Para su sorpresa, no solamente les sugirieron la enfermera y el consultor médico, el aborto como una única opción, sino que les dijeron que sería un acto de crueldad si no se abortaba el bebé.
“Una enfermera me dijo que no abortar a mi bebé le causaría que sufriera, y de que ella solamente ser convertiría en una carga para la sociedad, si yo procediera con el embarazo”, relata Marie. “Incluso me dijo: ‘El noventa y nueve por ciento de las mujeres que se encuentran en la misma situación que usted, no querrían tener el bebé’.”
Fue tan fuerte la presión con que abrumaron a la pareja, que finalmente decidieron proceder con el aborto.
A Marie se le dio una píldora para comenzar el proceso del aborto el mismo día.
“Yo me sentía entumecida mientras me tragaba la píldora. Esto no era como yo me imaginaba que terminaría mi embarazo, pero mirando atrás, yo estaba en estado de shock, simplemente operando como si estuviese en autopiloto”, ella narra.
Tres días más tarde, Marie dio a luz a su hija muerta, y ella explica que, desde entonces, su vida nunca ha sido la misma que antes.
“Ella era tan pequeña, pero de otra manera perfecta. Yo rompí a llorar incontrolablemente. ¿Qué es lo que había hecho? Yo me di cuenta en ese instante de que yo había sido presionada e intimidada para tomarme esa primera píldora. Yo me sentí sobrecogida por la ira”.
Fue tan intenso el sentido de culpabilidad de Marie luego del aborto, que ella dice que “no podía parar de llorar”. El aborto también se convirtió en un problema entre ella y su esposo. “Yo sabía que él estaba devastado también, y de que quería que nos quedáramos con el bebé, pero yo sentía mucha ira hacia él, por haberle permitido al personal médico que me apresuraran en salir de la bebé”, señala Marie.
“Antes del aborto, nosotros éramos una pareja verdaderamente feliz, pero ahora, apenas podíamos hablar entre nosotros”.
Finalmente, el matrimonio de la pareja terminó, a pesar de sus esfuerzos para tener otro hijo.
Ahora Marie dice que ella está segura de que otras mujeres deben de encontrarse en la misma situación en la que ella estuvo – deseando quedarse con su hijo que sufre del síndrome de Down, pero siendo presionadas para abortar por parte de un establecimiento médico hostil.
“En la actualidad, yo no veo a mamás con bebés que tienen el síndrome de Down”, ella sostiene. “Yo no puedo menos que sentir que otras mujeres se están sometiendo a un aborto que no desean. Yo no puedo creer que todos los que se enteran de que su bebé tiene síndrome de Down, voluntariamente optan por abortarlo”.
El artículo completo sobre esta historia se puede leer en el sitio cibernético en inglés del periódico del Reino Unido, The Daily Mail (El Correo Diario).
Es muy feo lo que paso, pero ella tomo la pastilla, nadie se la puso en la mano ni nadie la forzo a ponerla en la boca y tragarla. Debemos ser lo suficiente maduros para aceptar las consecuencias de nuestras desiciones. He conocido mujeres que abortan, pero siempre la culpan se la hechan a los demas, nunca aceptan que la desicion fue de ellas. Un paso para que sane ella como persona, es eso, aceptar que la desicion la tomo ella, nadie mas. Pudo escuchar y no actuar, salirse y seguir con su esposo, con el apoyo de èl! no todas tienen un apoyo asi.
Totalmente de acuerdo con Mariana, cada persona es responsable de sus actos. Yo en mi caso soy mamá soltera y en mi caso la verdad nunca cruzó por mi cabeza la idea de ser madre pero al momento de saber que estaba embarazada automáticamente se me despertó el instinto, al igual que esta mujer yo tenia 40 años y sabia perfectamente de la probabilildad de que mi hijo naciera con SD y aun así mi deseo de tenerlo fue mas fuerte que cualquier cosa. Igual me hicieron amniocentesis y al confirmarme el diagnostico fué terrible, no en si por el hecho del SD sino de todas las posibles complicaciones, pero con todo y eso fue mas fuerte mi deseo de tener a Alex. Sinceramente cuando uno quiere tener un hijo no hay poder humano que te haga deshacerte de el.