En los primeros 4 años de vida de Benjamín los berrinches no fueron algo que me preocuparan demasiado, no ocupaban los primeros lugares en mi lista de “cosas por hacer” para ayudar a Benjamín para poder conseguir las metas propuestas. 
En estos dos últimos años la conducta es algo que ha ido cambiando, hemos probado muchas cosas, premios, castigos, pláticas, regaños, ataques de besos, incluso un par de manazos en las pompas, pero tal parece que nada funciona, digo, no es que se ponga a pegar de gritos y a hacer todo un show, pero constantemente prueba a ver hasta donde lo dejamos llegar, y cada vez es más frecuente la necedad en hacer algo a lo que se le ha dicho que no.
En estos últimos meses trae una molestia en específico conmigo, me duele cuando hace eso, pero sé que es su forma de expresar su molestia o desagrado ante las reglas que le estoy imponiendo, por otra parte me da alegría, porque se que aunque no quiera hacerlas comprende lo que le estoy diciendo y ahí está el porqué de su rebeldía.
Desde hace un par de días, cuando se despertó muy de malas y no quería vestirse para ir a la escuela, respiré profundo, muy profundo para no enojarme, sé que le encanta ir a la escuela, simplemente no quería darme gusto en lo que le pedía, así que decidí tener paciencia, más de la que usualmente tengo y le dije “me das un abrazo para que se te pase el enojo?” inexplicablemente lo pensó un par de segundos y abrió sus brazos para que le diera el abrazo, sin dudarlo se lo dí, así estuvimos unos minutos, hasta que el enojo se fué y la sonrisa llegó a su hermosa cara.
Desayunó, se vistió y lo llevé a la escuela, en el camino iba muy contento, cantando, haciendo caras graciosas y dándome besos, hacía meses que no lo veía así, especialmente conmigo (con los demás sí lo hacía). Ayer nuevamente la misma actitud, no quería hacer la tarea, molestaba a su hermana, no obedecía, y yo estaba por perder la paciencia, pero dije voy a intentarlo nuevamente y veremos si funciona ahora, hice lo mismo que la vez anterior y él tuvo la misma reacción, se calmó y obedeció a todas las indicaciones que le daba, increíble!. Trabajó hasta un poco más de lo que normalmente hace, seguiré intentando con esto y veremos si logramos modificar de una buena vez su conducta.
La conducta es algo que, en lo particular, me preocupa mucho y no solo con Benjamín, quiero educar a dos niños que sean aceptados, que sepan conducirse correctamente, que sean personas de bien y para eso hay que trabajar mucho desde que son pequeños que es cuando podemos moldearlos.
te agradezco infinitamente tu espacio y tiempo para ayudarnos en este camino tan hermoso que Dios nos esta indicando, así hemos encontrado personas que comparten su experiencia y nos dan conocimientos y herramientas.
gracias.
Gracias por tu comentario Azalea, es todo un placer.
Te cuento que nosotros con Luifer, que acaba de cumplir 6 el pasado 04/06/07 tambien hemos decidido que repita este año el ultimo de kinder para que valla mas preparado a 1er grado, queremos tambien que esté mas maduro. En los ultimos tiempos nos hemos enfocado mucho en la modificación de su conducta y hemos dejado un poquito de lado la parte “académica” y como siempre, nos esta sorprendiendo con su interés por las letras y los números, ya escribe LUI, solo le falta la S para completar su nombre. Sin duda nuestros hijos tambien pasan por esos procesos del desarrollo de manera natural, con solo estar inmersos en sus salones de clases en las rutinas educativas, se sumenrgen en ese mundo y avanzan de manera natural, y eso me lo ha demostrado Luis, son unos campeones totales. En verdad que este camino sin duda nos hace aprendices eternos, nunca dejarán de darnos lecciones y de enseñarnos que pueden más de lo que imaginamos.
Hola Beatriz! que gusto saber de los avances de Luifer! besos y abrazos!