El miedo por definición es “El miedo o temor es una emoción caracterizada por una intensa sensación, habitualmente desagradable, provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado”.
Cuando sabemos que tendremos o ya tenemos a un bebé con SD entre nuestras manos el primer sentimiento, en la gran mayoría, es la sensación de miedo. ¿A qué se le teme tanto?, digo, tan solo es un bebé, recién nacido, indefenso, incapaz de lastimar a nadie y sin embargo provoca miedo, llanto, una mezcla rara entre rechazo y amor.
Lo vemos de cerca y no logramos ver su rostro, al menos no como esperábamos, no como imaginábamos que sería… queremos profundamente amarlo pero a la vez lo vemos como se le ve a un desconocido, aún no logramos ver ese lazo de amor que nos une desde el primer momento en que empezó a gestarse en nuestro vientre.
Según la definición ese miedo es provocado por un percepción de peligro, peligro?!, por supuesto que un bebé no es muestra de peligro, al menos no hacia nosotros, no hacia un adulto, no puede dañarnos cierto?, pero lo que si daña (al menos al principio), es nuestra percepción del presente y por supuesto del futuro, claro, eso es a lo que tememos tanto!, a no poder controlar algo que debía ser tan sencillo como la maternidad, el criar a un hijo sin ningún reto adicional.
Pero para quienes ya transitamos un tiempo por este camino que al principio parece tan oscuro y escabroso, sabemos que nada es como nuestra retorcida imaginación quiso hacernos creer en un principio. Una vez que la palabra “síndrome de Down” deja de tener el poder y control sobre nuestros pensamientos, una vez que todo ese dolor y sentimientos negativos nos permiten ver más allá, nos damos cuenta de todo lo que nos perdíamos mientras nos lamentamos por algo que no fue.
Nuestro hijo con síndrome de Down no será nunca lo que imaginamos (y probablemente aunque no tuviera SD), será como él quiera ser y como lo ayudemos a ser!. En mi opinión, logrará ser aún mejor! porque disfrutaremos aún más sus hazañas, sus travesuras, sus ocurrencias serán lo mejor!
Hace casi 7 años un pequeño ser con síndrome de Down llegó a mi vida para robarme el corazón. Se ha adueñado de tal forma de mi ser que no concibo ya la vida sin él. Hoy agradezco a Dios por haberlo mandado a mi vida, en unos días cumplirá 7 años y puedo ver como día a día crece y se convierte en un pequeño hombrecito que pelea por su derecho a la independencia.
7 años redescubriendo el significado del amor, de la vida, de intentar equilibrar las cosas y de ayudarlo para que en el futuro sea un hombre feliz por sobre todo.