Si queremos empezar el proceso de lectoescritura en nuestros hijos, debemos saber que hay que estimularles la motricidad (gruesa y fina) para poder ver resultados en ellos, no podemos enseñar a correr antes de saber caminar.
No se necesita de mucho material o conocimientos para poder ayudar a nuestros hijos en este proceso, basta con investigar un poco y podemos utilizar materiales hechos en casa o que podemos encontrar en la papelería de la esquina a bajo costo.
Con Benjamín nos ha costado un poco todo lo que tiene que ver con motricidad, todos los niños con SD al nacer tienen bajo tono muscular, a Benjamín le tocó tener un tono muscular bajísimo, era muy muy flácido y su estancia en el hospital no ayudó mucho, eso sí, una vez saliendo del hospital (1 mes de nacido) empezamos el trabajo con él. Le tomó algo de tiempo (en ocasiones se me hacía eterno) ir logrando cada una de las metas (sostener el cuello, sentarse, gatear, caminar) pero todo lo ido logrando, a su tiempo.
Después empezamos con terapia ocupacional porque notaba que no lograba sostener nada en las manos, fue cuando descubrimos lo que es la inmadurez de la sensación propioceptiva, sabía que eso le tomaría un poco más de tiempo para poder lograr cosas que quizá otros niños con su misma condición ya habían logrado, pero no había que desesperar, todo se logra tarde o temprano.
Desde su entrada a preescolar a mejorado notablemente, toma los lápices, dibuja, colorea, recorta, pega, rompe, etc. Su motricidad gruesa (aunque aún le faltan algunas cosas) es buena, pero la fina es donde debemos aún trabajar mucho para que más adelante logre escribir bien, ahora ya escribe algunas letras, pero aún nos falta mucho camino por recorrer.
Y otro pequeño detalle, es ambidiestro, aunque predomina un poco más la izquierda, entonces es doble trabajo, porque todos los ejercicios primero hay que hacerlos de un lado y luego repetir del otro, al menos por un tiempo más, por si define su lateralidad.
Poco a poco voy a ir subiendo las fotos de lo que estamos trabajando 😉
