Lejos de lo que la mayoría de las personas cree, que las personas con síndrome de Down serán eternamente niños, son personas que crecen física, intelectual y emocionalmente, son capaces de enamorarse, de desilusionarse por un amor mal correspondido, de llevar a flote una relación amorosa e incluso de llegar al matrimonio.
Si no los estimulamos y educamos como lo haríamos como a cualquier otro de nuestros hijos, con una guía en todos los aspectos, su vida será obviamente un total desastre, como sería la vida de cualquier otra persona sin síndrome de Down, pero si les permitimos desarrollarse en todas las áreas y les enseñamos y aconsejamos seguramente lograrán realizarse plenamente, esto no quiere decir que para sentirse plenos y realizados deban tener forzosamente una pareja, hay quienes no quieren o se sienten a gusto sin una y aún así se sienten llenos. Simplemente hay que dejarlos ser.
Estas son algunas parejas de las muchas que hay en todo el mundo, en donde el síndrome de Down no es una barrera.
