Me ha tocado escuchar cuando las personas tratan de justificar o entender el por que una persona ha recibido un hijo con sindrome de Down.
Me ha tocado escuchar cuando las personas tratan de justificar o entender el por que una persona ha recibido un hijo con sindrome de Down.
Al principio me angustiaba pensar en cualquier tipo de análisis o pruebas de laboratorio, inmediatamente mi corazón se estrujaba por el temor de que Benjamín tuviera alguna enfermedad, sobre todo pensando en que a mi hija mayor nunca tuve que hacerle puebas de laboratorio religiosamente una vez por año, únicamente si el pediatra lo indicaba, entonces pensaba que si a él había que hacerle las pruebas al menos una vez al año es porque tenía altas probabilidades de padecer alguna enfermedad sin que yo me diera cuenta.
La mayoría de las personas (incluidos los padres, antes de informarse), creen que los niños con síndrome de Down tienen una discapacidad cognitiva severa porque la imagen que se tiene de ellos es la de personas que no hablan, que hablan pero con dificultad y no se les entiende, que no logran comunicarse, etc; esto es lo que hace que las personas que ven desde fuera, que no conviven a diario con personas con síndrome de Down tengan un concepto erróneo de lo que es la realidad.
Este punto es un tanto delicado o complicado, cada cabeza es un mundo y todos tenemos opiniones diferentes, todas merecedoras de respeto. No puedo negar al principio buscaba y buscaba escuelas, centros de terapias, terapéutas particulares, instituciones, en fin, todo cuanto leía o me decían me interesaba y quería llevar a Benjamín ahí, pero ahora, 5 años después puedo decir que no siempre son las mejores opciones, en ocasiones nos gastamos hasta el dinero que no tenemos, exponemos a nuestros hijos al trato de extraños (en ocasiones malos tratos) cuando la mejor terapia y la mejor terapéuta está en casa, quién mejor que mamá, papá, los hermanos, los abuelos, los tíos, etc, para estimular a ese pequeñito con amor, con paciencia, con constancia.