La elección de la escuela es algo que a todos los que tenemos hijos nos preocupa cuando nos acercamos a los 3 años (en ocasiones antes si tienen que ir a guardería), y no es para menos, estamos dejando nuestro tesoro más preciado en manos de extraños!, pero es por su bien, para que aprendan y tengan seguridad en un futuro.
Pero cuando se trata de nuestros hijos con necesidades educativas especiales (NEES) la cosa se pone más difícil. En primer lugar por que incoscientemente nos oponemos a dejarlos en manos extrañas que no sabemos si cuidarán de ellos adecuadamente, eso además del temor a que les hagan algo y por la falta de lenguaje de nuestros pequeños no puedan decirnos. En lo personal me ha costado mucho dejar a Benjamín en la escuela (a él no tanto!), me ha dolido infinitamente cuando lo han maltratado, pero todo eso me ha hecho más fuerte y ha agudizado mi instinto de protección.
Después de múltiples intentos con las escuelas logramos encontrar la que hasta ahora ha sido la ideal. No importa si es grande o pequeña, pública o privada, lejos o cerca de casa, con muchos niños o pocos; lo que sí importa y que siempre debemos estar atentos es lo siguiente:
– visitar todas las escuelas que tenemos como opción,
– pedir un recorrido por las instalaciones,
– platicar con las personas que se harán cargo de nuestro pequeño
– checar cuantos niños y de qué edades convivirán con nuestro hijo
– observar el lenguaje corporal de las personas en la escuela (Directivos, maestros, niños) para darse una idea de si es ese el ambiente que buscamos para el desarrollo de nuestro hijo
– platicar con sinceridad con las personas encargadas comunicándoles todas las fortalezas y debilidades de nuestro hijo para que en el futuro no hayan sorpresas y ver la disposición que tienen para trabajar con él
– establecer comunicación amplia y sincera entre las dos parte.
Con todo esto podemos reducir las posibilidades de maltrato infantil y aumentamos la posibilidades de una integración exitosa.
