Es difícil recibir la noticia de que se ha tenido un hijo con síndrome de Down, la información nos hace llevadero el asunto, pero el amor y el apoyo de la familia, en especial de la pareja e hijos es imprescindible para superar juntos la difícil etapa de duelo. 
La gran mayoría de las familias que he tenido el gusto de conocer (personal o virtualmente) gracias al síndrome de Down, son felices, se encuentran juntos luchando por el bienestar y superación de los hijos. Así es más fácil, al menos para mí lo ha sido. Pero también me ha tocado conocer a familias que se desintegran por la llegada de un hijo con SD.
La culpa es tan grande y la ignorancia aún mayor que deciden separar su camino, en general es el padre quien opta por ausentarse de la vida de su pequeño, no sabe de lo que se pierde!. Culpan a la pareja por ese cromosoma extra, se avergüenzan del hijo, deciden hacerse de la vista gorda e ignorar lo que tienen frente a sus narices, en resumen, le dan la espalda y empiezan a construir su camino lejos de ese bebé.
Toda esa culpa, rencor y vergüenza no es más que lo que sienten por sí mismos, no logran comprender cómo pudo pasar esto, su egocentrismo es tan grande que solo le permite pensar en sí mismo, en su dolor, en su orgullo lastimado y como dice el dicho “ojos que no ven, corazón que no siente”, así que se marchan.
Aún estando a miles de kilómetros de ese hijo abandonado, siempre estará presente en sus pensamientos, no tiene la menor idea de todo lo que se ha perdido, sus primeras palabras, sus primeros pasos, la entrada al colegio…. todo eso, pero sobre todo el inmenso amor que ese pequeño podría haberle regalado junto a muchas otras bendiciones en su vida.
Si estás pasando por algo similar, piensa pero sobre todo siente! ese hijo es el mismo con el que soñabas y podrás hacer las actividades que planeabas, dale la oportunidad de enseñarte un nuevo camino, uno que jamás pensaste pero que te brindará la oportunidad de disfrutar de grandes alegrías, te hará más sensible, más humano… dale y sobre todo date a tí mismo la oportunidad de conocer y amar a tu hijo!
